¿Cómo embotar y conservar guindillas en aceite de oliva?

Cómo conservar guindillas en aceite de oliva

En esta ocasión veremos cómo conservar guindillas en aceite de oliva, os mostramos paso a paso cómo hacerlo.

Las guindillas son un producto que se puede consumir fresco o bien conservado en un bote de cristal, que es exactamente el formato en la que las encontraros en el lineal del supermercado.

Pero, si deseamos ahorrarnos el dinero que nos costaría comprarlas, y además nos gustaría darle un toque más personal, debemos saber cómo conservar guindillas en aceite de oliva.

¿Cómo embotar y conservar guindillas en aceite de oliva?

En este post os queremos enseñar cómo hacer guindilla en conserva aceite de oliva, utilizando eso sí, ingredientes naturales, de los que tenemos en casa.

Nuestro interés en aprender a cómo conservar guindillas en aceite de oliva viene motivado porque éstas pueden ser conservadas por bastante tiempo, y, además, embotar guindillas en aceite de oliva le aporta un sabor distinto al que tienen cuando son fresca.

Receta guindillas en aceite de oliva

En primer lugar, debemos dejar claro que no existe una variedad específica de guindillas que sea aptas o no para su conservación.

Las piparras dulces en aceite de oliva suelen ser las más clásicas, pero también se puede hacer con otras variedades más pequeñas o de cualquier otro tipo.

La variedad de piparras en aceite de oliva son más comunes por el hecho de que son las tradicionales que podemos cultivar o comprar en cualquier supermercado.

Dicho lo anterior, os enseñamos los pasos para que sepáis cómo conservar guindillas en aceite de oliva.

Ingredientes

Para embotar guindillas en aceite de oliva necesitaremos los siguientes ingredientes:

  • Guindillas frescas de cualquier variedad
  • Envase de cristal con tapa metálica
  • Vinagre de vino blanco o de manzana
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Agua

Preparación

En primer lugar, lavaremos muy bien nuestras guindillas, eliminando cualquier resto de tierra que pudiera tener. Una vez lavadas, agruparemos las guindillas para que entren perfectamente en el bote por tamaño o por grosor parecido.

En segundo lugar, rellenaremos nuestros envases con la mezcla de vinagre, aceite, sal y agua.

Primero añadimos el vinagre, cubriendo ¼ parte del recipiente, posteriormente añadimos sal (más o menos un puñado o cucharada de café tomando como referencia un bote del tamaño de uno de tomate frito)

Añadido los anteriores ingredientes, echamos ahora ¼ de agua junto con un poco de Aceite de Oliva Virgen Extra, más o menos una cucharadita de café.

Mezclamos todos los ingredientes cerrando bien el recipiente y sacudiéndolo para que se unan el vinagre y el aceite.

Para que os hagáis una idea, el bote debe quedar lleno hasta la mitad más o menos, una 2/4 partes.

Ahora es el momento de introducir las guindillas que previamente hemos agrupado por tamaño, comprobando como el líquido sube hasta cubrirlas casi por completo.

En el caso de que el líquido sobre y se salga, lo tiramos, y si, por el contrario, falta, añadimos más guindillas hasta que las cubra por completo o rellenemos con agua.

Cerramos bien el bote con su tapa de aluminio y la guardamos en la despensa o bien si nos gustan frescas en el frigorífico. Tendrán una fecha de caducidad aproximadamente de unos 3 meses.

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